martes, 1 de febrero de 2011

España gana a medio gas el 'entrenamiento'

Mundial de Suecia
España 33
Bahréin 22


La selección española de balonmano echó a andar en el Mundial de Suecia con una esperada y cómoda victoria (33-22) sobre la floja Bahréin, que debutaba en una cita de esta magnitud. Los hombres de Valero Rivera, quizás influenciados por el escaso nivel de su rival, hicieron un partido discreto, sin forzar la máquina y dejando sensaciones de que las cosas deben ir e irán a mejor.
Seguramente se esperaba un comienzo más arrollador. El rival invitaba a ello. Pero la falta de fluidez en el juego y la puntería dejaron un sabor raro. No agridulce porque al final se ganó de 11, pero sí raro porque las sensaciones no han sido las mejores. Defensivamente hay mucho que mejorar. España hizo demasiadas concesiones a un voluntarioso conjunto árabe.
También es verdad que Bahréin dio más de sí de lo que todos pensábamos y tuvo muchos momentos de lucidez, pero con eso no basta para justificar que el primer paso se ha dado ganando. Si España estaba colocada como tercera favorita al título en las casas de apuestas tras Francia y Croacia mucho va a tener que mejorar para no perder ese cartel que le han colocado -que dicho sea de paso, es un tanto excesivo-.
Pero vamos a ser positivos. Esto es sólo el comienzo y se sabía que el primer partido era para ir rodándose. Valero Rivera repartió mucho los minutos para que todos se sientan importantes en este equipo e, incluso, fueron rotando los lanzadores desde los siete metros. Los porteros -jugaron una parte cada uno- estuvieron al nivel que se les espera y que les puede hacer decisivos en el momento clave del campeonato. Y las superioridades numéricas fueron bien aprovechadas.
De hecho, fueron parte de la clave para que España se fuera yendo en el marcador. Con la primera de ellas a los 18 minutos, se abrió hueco. En siete minutos se pasó de un ajustado 9-7 al 13-7. Ese parcial de 4-0 fue el primer paso. Otro parcial de 3-0 acabó dejando el marcador al descanso en un cómodo 16-8. En la segunda parte se vio a una España más espesa, sin tanto brillo -tampoco es que en la primera mitad arrollaran- que permitió el despegue de su rival.

En los primeros 10 minutos España estuvo bien, llegando a su máxima renta de 11 tantos. García Parrondo puso el 21-10 a los 37 minutos y Juanín el 24-13 a los 41. A partir de ahí el juego español se diluyó y perdió fuerza. Solamente Garabaya sostuvo a España con sus goles y forzando exclusiones. Hasta de un parcial de 4-0 disfrutó Bahréin, que llegó a ponerse a siete a falta de poco más de cinco minutos (29-21). España tuvo un arreón final para ampliar un poco más el resultado. Ahora espera Túnez, un rival inferior a los nuestros. Pero eso hay que demostrarlo.

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